En 1985, justo en el momento del sismo, estaba en la Secundaria ESFIR (Texcoco) en el Estado de México. Pero por las tardes estudiaba en una Escuela de Música de la Colonia Roma, en la CDMX. Esa tarde no asistí a clases y no lo hice durante el siguiente mes. La Ciudad quedó destruida, abatida. Yo era el más pequeño de aquel grupo de solfeo ( 12 años), tenía compañeros de 16-20 años que soñaban con ser guitarristas, pianistas, violinistas, percusionistas, ! que se yo! Nunca más los volví a ver. La escuela no supo: o fallecieron o detuvieron sus aspiraciones musicales por razones económicas.
Muchas historias tristes, no hay duda.
